Viajar con gatos
El turismo felino es algo inusual actualmente, a pesar de que, EL GATO es uno de los animales más comunes para tener de mascota. Nuestros compañeros y fieles cómplices en el hogar, son limpios por naturaleza, de un mantenimiento y responsabilidad muy bajo, casi parecieran venir de fabrica en un modo de auto independencia activada. Gracias a ello y más atributos, es el preferido por muchos, tanto que hay grupos de personas que adoran y tienen cariño religioso a los mininos.
Pero cuando se trata de un viaje, sea unas cuadras, un simple paseo, o una travesía más larga y extendida, casi siempre son “abandonados en casa” ya que su autonomía es dada por sentado. Un tazón de agua relleno, servirle una ración extra de comida, llenar su arenero con un poco más de arena o en caso que el viaje sea extendido por días llamar a un amigo/familiar de confianza para revisar y administrar sus víveres. Estos son algunos de los cuidados que la mayoría de dueños toma con sus mininos.
A pesar de ser como un rey en el hogar, no obstante, cuando es la hora de salir e iniciar un viaje vacacional, se asume que salir con ellos es mucho trámite. Sin embargo, compartir la aventura no tiene por que ser una odisea.
Salir de casa – Inicio de la aventura
El salir de turismo con nuestra mascota, no solo puede ser una aventura cómoda, en el caso de los gatos es poder tener un compañero contante, además de ser fácil de transportar, puede fortalecer los vínculos, mejorar la sociabilidad y dar una experiencia vivencial mutua. Por lo general su par en preferencias, el perro, tiene oportunidades de sociabilizar y cuando viaja, tiene espacios de camaradería canina, sin embargo, nuestros gatitos, son relegados si es que viajan, a quedarse en un recinto u hotel de mascotas, para que puedan ser cuidados mientras nosotros disfrutamos de la aventura completa.
Hoy en día se ven más intentos de poder compartir el viaje con nuestros gatos, al tener mochilas especiales, bolsos o inclusos algunos implementos como correas o arneses para poder disfrutar completamente junto con ellos.
En el mundo son muchos los lugares que cuentan con sitios de gran población gatuna, que no solo suma al atractivo turístico si no muchas veces, llegan a ser el foco de atención y eclipsan muchos lugares de interés o secundan su visita.
Al poder llevar a nuestro compañero con nosotros, también le damos la oportunidad de sociabilizar
con otros felinos, tener una posibilidad vivencial y de fraternidad, donde nuestro gato puede conocer
a otros compañeros felinos, compartir tiempo con ellos e incluso llegar a ser una actividad turística
animal.
Viena, Cerdeña, Roma, Tíbet, Marrakech, el Cairo, Estambul, incluso el país por excelencia y
fanatismo dogmático por los gatos que es Japón; son lugares donde hay espacios especiales,
comunidades de gatos, colonias felinas, incluso cafés o tiendas donde se paga para poder compartir
con un minino. Estos lugares puedes ser centros de sociabilidad y turismo vivencia donde nuestro
amigo rey del hogar puede compartir y tener su espacio de sociedad.
Santuario Minino en lima – turismo felino Perú
En lima tenemos también nuestra comunidad gatuna, el parque central de Miraflores, junto al parque
John F. Kennedy, conocidos los 2 como si fueran un solo parque, por estar juntos, son llamados como
este último “parque Kennedy” o de forma coloquial “parque de los gatos” o “parque gato”. Es
nuestro centro nacional gatuno que también es conocido mundialmente y un lugar primordial de
turismo.
Todo el que viene a Perú, pasa por lima, y venir a lima es estar en Miraflores, y venir a Miraflores es
estar en el “parque gato”, así que no solo somos un foco turístico mundial, por nuestra gastronomía
y herencia cultural, sino que también contamos con un espacio único y emblemático gatuno para
disfrutar y promover sobre todo el turismo felino.
No solo visitar este espacio urbano limeño y convivir con los gatos locales, si no promover el viaje
con nuestras mascotas felinas y que puedan confraternizar entre ellos; que sea este punto nacional
donde se promueva esta actividad social gatuna, si no también influenciar a que más lugares den
espacio y relevancia a esta actividad turística, así más personas del mundo se aventuren a poder
viajar en compañía felina.